martes, 29 de enero de 2013

AEROPUERTOS ¿MÁS HUMANOS?


1. LOS MEJORES PARA DORMIR
Todos los viajeros se han planteado en algún momento si pasar o no la noche en un aeropuerto, o se han visto atrapados en ellos por una huelga, una larga escala o cualquier imprevisto. En general, no ofrecen muchas comodidades para estos casos, pero hay algunos que han pensado en los “pasajeros nocturnos” habilitando áreas de descanso, con sillones cómodos, abriendo restaurantes 24 horas o permitiendo que sus usuarios puedan conectarse gratuitamente con wifi.
Un reciente ranking de una web especializada afirmaba que los mejores aeropuertos para pasar la noche eran los de Singapur, Hong Kong, Seúl Incheon, Kuala Lumpur, Ámsterdam, Múnich, Vancouver, Zurich, Frankfurt y Toronto. Para su clasificación han tenido en cuenta la comodidad de los sillones, las áreas de descanso disponible, si tienen o no wifi gratuito, si hay restaurantes abiertos 24 horas, la cercanía de hoteles, la calidad humana de los empleados de seguridad… Son los propios viajeros los que cuentan sus experiencias y aportan datos para esta particular web que también incluye reportajes sobre los diferentes aspectos de la experiencia de dormir en aeropuertos así como recomendaciones y consejos para pasar el trago lo mejor posible.


2. CÓMO SOBREVIVIR A UNA LARGA ESCALA
Si el viajero se encuentra frente a una larga escala, por una huelga o cualquier imprevisto que nos obligue a pasar muchas horas en un aeropuerto, conviene prepararse para pasar el trago lo mejor posible:
- Si se sabe de antemano que hay muchas probabilidades de permanecer muchas horas en un aeropuerto (tormentas, huracanes, volcanes en erupción, huelgas de compañías aéreas, etc.), no hay que olvidarse de llevar una manta (o similar), algo para leer, auriculares para escuchar música o una tablet u ordenador portátil, algo de comida y todo lo que podemos necesitar para que las horas pasen rápido. Hay que recordar llevar a mano el cargador del móvil y no facturarlo.
- Cuidar en todo momento de las pertenencias, sobre todo en caso de quedarse dormido; es conveniente fijarse en si hay cámaras de seguridad y echar una mirada alrededor antes de “instalarse”. También puede ser útil llevar algo cómodo para sentarse, los asientos de los aeropuertos no suelen serlo (vale una manta, una toalla, un almohadón pequeño…).
- Antes de acomodarse en un sitio, hay que hacer una pequeña exploración por el aeropuerto para localizar los servicios, saber con cuáles se cuenta y encontrar el sitio más cómodo y seguro, con la temperatura más adecuada.
- Llevar siempre a mano algo para picar, pequeño pero calórico, y agua. Nunca se puede estar seguro al 100% de encontrar algún restaurante abierto o de si funcionarán las máquinas de bebidas.

3. PANCARTAS A MEDIDA
En los aeropuertos puedes encontrar servicios de todo tipo, desde peluquerías o salas de masajes hasta productos especialmente pensados para el viajero. Por ejemplo, el aeropuerto internacional de Schiphol (Amsterdam) ha instalado una máquina expendedora de pancartas de bienvenida para recibir a los viajeros, concretamente en las salas de llegada 1, 2 y 3 del aeropuerto holandés. Ya no hace falta llevar los cartelitos hechos a mano desde casa. Este sistema imprime pancartas de 30 cm de alto y entre 40 y 130 cm de ancho, sobre lonas de calidad. Podremos elegir el tipo de letra, el tamaño y el fondo. Los precios oscilan entre 4 y 15 €.

4. WIFI GRATUITO
España es uno de los pocos países de la Unión Europea que no cuenta con ningún aeropuerto con conexión gratuita e ilimitada a Internet (solo el de Barcelona ofrece 15 minutos de conexión gratis). Francia, Portugal e Inglaterra son los países con más aeropuertos que ofrecen conexión gratuita a Internet. El 75% de los aeropuertos europeos ofrecen wifi, la mayoría en abierto y el resto a través de operadores externos en los que hay que registrarse en su web para poder obtener un nombre de usuario y contraseña.
Se puede consultar el listado de aeropuertos con wifi gratis aquí. Para una lista más completa que incluya conexiones de pago consúltese aquí.
En los aeropuertos grandes es posible también encontrar wifis abiertas en algunas cafeterías o tiendas, o incluso acercarnos a las salas VIP donde las ofrecen gratis y, con suerte, captar la señal en las proximidades.

5. CUANDO LO QUE SE NECESITA ES UN ENCHUFE
Muchas veces lo que necesitamos urgentemente es cargar el portátil o el móvil. En la web de Air Power Wiki se puede aportar, y recoger, información sobre enchufes en cualquier aeropuerto.

6. PEQUEÑOS PLACERES A PUNTO DE EMBARCAR
Pero no todo van a ser incomodidades. Hay aeropuertos que se las han ingeniado para ofrecer pequeños placeres a los viajeros de paso que estarán muchas horas deambulando por sus pasillos. Por ejemplo, el de Chagi (Singapur) ofrece piscina con jacuzzi, jardines, salas de cine e incluso karaoke… y todo gratis para el viajero en tránsito. Aquí encontraremos detalles como asientos con alarma para no quedarnos dormidos, circuitos gratuitos en autobús por la ciudad por si nos sobran varias horas libres antes de volar, zonas de descanso con hamacas y ambiente zen. Todo un lujo.
Hay algunos que han creado espacios que parecen nuestra propia casa, en los que podemos quedarnos en calcetines en un cómodo salón. Es el caso de la Terminal 2 del aeropuerto de Vantaa (Helsinki) que ha inaugurado este año una con suelo de madera, cómodos sofás, cocina de madera, biblioteca y espacios de trabajo. Disfrutar de esta “pequeña casa” cuesta 45 €.

FUENTE: LONELY PLANET.ES

viernes, 25 de enero de 2013

Guía práctica para viajar con el móvil

Más de un turista o viajero de negocios se ha llevado un susto al volver de un viaje al extranjero y encontrarse en casa o en la oficina con una factura de teléfono de cientos de euros. ¿Significa eso que es un adicto al móvil? No; la culpa la tiene el roaming, el servicio de itinerancia que los operadores de telefonía móvil facilitan por defecto en los viajes fuera del país; te mantiene conectado, pero pagando. Aunque se tenga contratada una tarifa plana de telefonía en España, con o sin conexión a Internet. 


Para evitar sustos
La mejor solución para evitar sustos con las facturas es desactivar en el móvil la itinerancia de datos y la conexión 3G. La mayoría de los móviles permiten hacerlo desde el menú: hay que ir al icono de “ajustes” / “conexiones inalámbricas y redes” / “redes móviles”, y una vez allí desmarcar las casillas donde pone “usar paquetes de datos” e “itinerancia de datos”, los que pueden generar gastos extras. Hasta el verano pasado, cuando se regularon las tarifas de las llamadas en itinerancia, lo que también se conoce como roaming, los operadores podían cobrar lo que quisieran a sus clientes en el extranjero. Con la nueva regulación, el precio máximo dentro de la Unión Europea es de 29 céntimos por minuto en las llamadas, 8 céntimos por minuto en las llamadas recibidas, 9 céntimos por enviar un mensaje de texto y 70 céntimos por mega en las conexiones de Internet (a todos estos precios hay que sumarles el IVA).
 

Alerta contra el gasto
La nueva norma extiende el sistema de alerta para prevenir facturas elevadas que ya existía en Europa a países fuera de la Unión, donde las clavadas suelen ser mayores: salvo que se especifique un límite personal, los usuarios reciben un mensaje de aviso de su compañía cuando su factura se acerca a los 50 euros al mes (si la red de telefonía extranjera es compatible con este sistema); después, se suspende la conexión.
 

Llamadas fronterizas
Hablar lo justo y preciso y ser lo más breve posible es la regla de oro si se llama desde el extranjero empleando el roaming. Y lo mismo vale tanto para las llamadas desde la habitación del hotel, que suelen ser muy caras, como para las llamadas desde alta mar. Con el auge del turismo de cruceros, algunos operadores han comenzado a ofrecer cobertura en los barcos, aunque a precios muy elevados. Cuando estamos fuera del país pagamos tanto por las llamadas que hacemos como por las que recibimos, así que es mejor no contestar aquellas que no sean urgentes si se usa el roaming. En zonas fronterizas, el teléfono suele registrarse automáticamente en redes extranjeras al perder cobertura de la red propia. Para evitar que esto ocurra hay que configurar a través del menú del móvil si se desea que la selección de red sea “automática” (por defecto), o “manual”. En el caso de seleccionar la opción manual, el teléfono realizará una “búsqueda de red” que presentará en pantalla las que hay disponibles. En este caso, el teléfono no estará operativo para hacer o recibir llamadas hasta que no se confirme el registro en la red seleccionada.
 

Buscando wifi desesperadamente
La mejor estrategia para hablar o navegar sin que te cueste nada es usar solo redes wifi gratuitas. Como las que existen en aeropuertos (excepto en España, que son de pago), cafés, comercios y espacios comunes de los hoteles (si hay conexión a Internet en la habitación, antes de enchufarse hay que preguntar en recepción si es de pago o gratis). Si hay alguna red abierta en los alrededores, el teléfono (o la tablet, o el portátil) la detectará y se conectará solo; si es una red protegida por contraseña, aunque sea gratuita hay que pedir la clave de acceso en el mostrador o en recepción. Una tarea que facilitan los programas rastreadores como zona libre wifi (http://www.zonagratis.com.br), que usan el GPS del móvil para localizar puntos de acceso wifi gratis en los alrededores (algunos incluso proporcionan la clave de acceso de redes cerradas).
 

Cuando hablar no cuesta
Una vez conectados a una red wifi, la palabra mágica es Voip. La telefonía voz sobre IP (voz sobre protocolo de Internet), donde la señal de voz viaja a través de Internet en forma digital mediante paquetes de datos, en lugar de a través de circuitos de telefonía convencional, permite hablar de forma gratuita o, en el peor de los escenarios (que la otra persona no tenga instalado el programa), pagando muy poco. Sirve para hablar o mantener una videoconferencia de ordenador a ordenador, entre móviles y ordenadores, o de móvil a móvil a través de aplicaciones como Skype, uno de los programas más utilizados para hablar por teléfono a través del ordenador, disponible también para móviles. Solo hace falta descargarse e instalar la aplicación (es gratis, y está disponible tanto para el sistema de Apple como el de Android), disponer de una conexión wifi, y que la persona con la que queremos hablar tenga instalado el mismo programa (aunque ya empiezan a ser compatibles entre ellos). También permite llamar a un teléfono fijo o a un móvil que no utilice este sistema a precios mucho más bajos que los que ofrecen las compañías tradicionales: algunos céntimos de euro por minuto.
 

Las mejores ‘apps’
Aplicaciones específicas para móviles como Viber, Voipbuster o Fring, entre otros, también utilizan la tecnología Voip, con la ventaja de un menor coste en las llamadas a teléfonos fijos que Skype. Todos ellos admiten, además de llamadas de voz, la posibilidad de realizar videoconferencias.
 

La reina del móvil
Con 100 millones de usuarios, Line sirve tanto para hacer llamadas de voz sin coste como para enviar vídeos y mensajes de voz o jugar online. Es gratis y sirve para todas las plataformas, su único defecto es que consume mucha batería. Pero la auténtica estrella de la mensajería es Whatsapp: gratuita y rápida, permite ahorrarse el coste de los mensajes SMS y MMS de la telefonía tradicional. Como las anteriores, requiere que quien envía y quien recibe el mensaje tengan instalado el programa en el teléfono móvil. Solo tiene una pega: es una chivata; cuando se abre un mensaje, la persona que lo ha enviado recibe una notificación —el doble check— de que ha sido leído, así que luego no vale decir eso de “es que no lo he recibido...”, “se ha debido de perder...”. Como dice la protagonista de Doble check, un hilarante corto de Paco Caballero sobre el móvil en las relaciones de pareja: “¿Es que te fías más del whatsapp que de mí?”.

FUENTE: EL PAIS

jueves, 24 de enero de 2013

DE MARCHA POR PHNOM PENH La meca del mochilero independiente

Fue en otros tiempos la “perla de Asia” una ciudad exótica, marcada por las brillantes agujas del Palacio Real, el color azafrán de las túnicas de los monjes y una magnífica ubicación a orillas del poderoso Mekong. Hoy está a punto de transformarse pero todavía estamos a tiempo de visitar una ciudad que es un shock para los sentidos: puestos de comida y mercados callejeros, caos… pero también bares y restaurantes diseño o museos para descubrir la historia de Camboya, incluyendo su lado mas oscuro. 

Palacio Real, Phom Pehn (© Elige Nuestra Aventura)
La ciudad es capital de Camboya desde 1430, cuando sustituyó a Angkor, más expuesta a los ataques del reino siamés. Phom Penh tenía una mejor ubicación en los territorios jemeres, perfecta para el comercio fluvial con Laos y China a través del delta del Mekong, a la vez que el río Tonlé Sapa ofrecía acceso a las aguas ricas en pesca del lago Yonlép Sam. Sin embargo, gran parte del actual trazado de la ciudad se debe a la época del protectorado francés, a finales del siglo XIX, cuando la ciudad se dividió en barrios; de esta época quedan todavía bastantes recuerdos.

Los itinerarios que recomienda la nueva guía de Camboya de Lonely Planet son una magnífica propuesta para seguir, y además, hay diez puntos que uno no puede perderse:

1. Descubrir la mejor colección del mundo de escultura jemer en el impresionante Museo Nacional.

2. Echar un vistazo a la enorme cúpula del Psar Thmei, esa obra maestra de estilo art déco que es el mercado central de Phom Penh.

3. Ir de compras en el Psar Tuoi Tom Pong, conocido como el mercado ruso (porque aquí compraban en la década de 1980). Es el mejor lugar de la ciudad para comprar recuerdos y ropa. Aquí es también donde acaban todas las prendas de ropa occidentales fabricadas en los talleres de confección de los alrededores de Phonm Pehn para marcas internacionales y que aquí cuestan muchísimo menos.

4. Dejarse deslumbrar por las 5000 baldosas de la pagoda de Plata, que forma parte del Palacio Real.

5. Inspirar profundamente y sumergirse en el lado oscuro de la historia de Camboya con una visita al Museo Tuoi Sleng, imprescindible para comprender el dolor del pasado.

6. Experimentar la legendaria vida nocturna de Phom Penh con un cóctel durante la happy hour, una comida local y un recorrido por los animados bares de la ciudad, especialmente los que están junto al río. Allí se encontrarán viajeros de todo el mundo.

7. Un circuito en barco por los ríos Tonlé Sap y Mekong, si puede ser, a la puesta de sol. También se pueden alquilar para continuar hasta Kohn Sdach y la isla Mekong, dos islas cercanas conectadas por un puente, que poseen una pequeña industria artesanal de tejedores de seda.

8. Conocer el club de la lucha camboyana. Todo el mundo conoce el boxeo tailandés y el kickboxing, pero no se sabe muy bien que ese deporte de contacto seguramente nació en Camboya. Prodaal serey es la versión camboyana del kickboxing y en Phnom Penh pueden verse gratuitamente combates en los estudios de la televisión camboyana, en la carretera nacional 5, a unos 4 km al norte, desde donde los retransmiten.

9. Una velada en el Foreign Correspondent’s Club, en el paseo fluvial, un lugar casi obligado y magnífico para revivir los emocionantes días de los corresponsales de guerra (aparecen en la película Los gritos del silencio). Ocupa un edificio con techos altos de la época colonial y las vistas del río Tonlé Sap y el Museo Nacional son magníficas.

10. Tomarse una copa, mejor en la happy hour, en el Elephant Bar que desde hace ochenta años atrae a periodistas, políticos y ricos y famosos. Desde su terraza se divisa una fantástica panorámica.
FUENTE: lonelyplanet.es

Con VIAJES TERRAL puedes realizar este tipo viaje en autobús o en transporte privado, a precios muy económicos. Haz quiz aqui para ver algunos ejemplos: VIAJES A CAMBOYA

lunes, 21 de enero de 2013

¿Es la India segura para las viajeras solitarias?

ARTÍCULO INTERESANTÍSIMO DE ALEXIS LAI, PERIODISTA DE CNN.COM

(CNN) — Cuando viajamos al extranjero, a veces tropezamos y otras caemos... rendidas ante la belleza de un país. En diciembre emprendí un viaje de tres semanas a India lo recorrí de norte a sur.

"¿¡India!?"
Todos creyeron que estaba loca por querer ir de vacaciones ahí; aún más por ser una veinteañera que viaja sola. Tanto indios como no indios expresaron su angustia y me advirtieron que estaría bajo un escrutinio constante, manoseos y acoso, entre otros inconvenientes.

"Eres una mujer muy, muy valiente", dijo un colega después de oírme decir que me movería en tren y en autobús.

"Valiente". Esa fue la reacción invariable que suscitó mi viaje. Sentí que era un eufemismo para decir que estaba "loca".

Dejé Hong Kong preguntándome si era insensata. Sin embargo, para el final de mi primer día en India, empecé a sentir que —fiel a lo que presume el Departamento de Turismo— el país era realmente increíble.

Tras la aterradora violación en grupo a una mujer en Nueva Delhi, India fue catalogado como una jungla peligrosa y misógina.

Sin menospreciar las experiencias de las mujeres víctimas de abusos, me gustaría ofrecer una perspectiva alterna de un país rico en calidez, amabilidad y humanidad.

Los hombres me dejaban pasar
Mi primera escala fue Nueva Delhi y coincidió con el día en que ocurrió la violación.

Por la mañana, mientras me dirigía a la estación del metro Rajendra Nagar, pedí indicaciones a varones desconocidos en la calle, desde vendedores en tiendas, hasta hombres sentados en la parada de autobús. Cualquiera dejaba de inmediato lo que hacía y trataba de ayudarme pacientemente sin pedir nada a cambio, una constante de mi viaje.

Uno de los aspectos que me impresionó en India fueron los grandes grupos de hombres que al parecer vagan por las calles y la poca o nula presencia de mujeres.

En Nueva Delhi, un periodista me dijo que estos grupos eran inmigrantes desempleados; sin embargo, el padre de la familia que me hospedó aseguró que tenían empleo, pero que los hombres acostumbran socializar afuera de las casas, a diferencia de las mujeres que con frecuencia se reúnen adentro.

Aunque al principio me intimidaban por su número, los grupos de hombres nunca me molestaron y era a quienes me dirigía inevitablemente para pedir indicaciones.

Pasé mi primer día en la parte supuestamente más caótica de la ciudad, la Vieja Delhi, abriéndome paso a través de los bazares de Chandi Chowk y Daryganj. A pesar de la muchedumbre, nadie me miraba, se burlaba de mí ni me molestaba en otra forma. Los vendedores eran amigables y serviciales.

A lo largo del país, casi no fui blanco de miradas. Nunca me tocaron en la calle ni en el transporte público; de hecho, a menudo los hombres se apartaban para dejarme pasar. En los viajes largos en tren o autobús, siempre me ofrecieron ayuda para cargar mi pesada maleta.

Cuando me perdí en Kochi, un joven que estaba cerca percibió mi confusión y habló por teléfono con mi anfitrión. Me ayudó a tomar un transporte, le dio indicaciones al conductor y negoció una tarifa razonable.

En el transbordador, en Kochi, me senté junto a una anciana que comía cacahuates asados que sacaba de un cono de papel; giró su mano y puso la palma hacia arriba, indicándome que hiciera lo mismo. Luego echó un montón de cacahuates en mi mano.

¿Los extranjeros son tratados con más respeto?
Reconozco que en cualquier país, ser percibido como extranjero influye en la forma como te tratan. Como soy de ascendencia china y tengo una apariencia que algunas personas han descrito como “mixta”, a veces pasaba por japonesa y a veces, sorprendentemente, por india.

“Probablemente pensarán que eres una india de piel clara, procedente del noreste, especialmente si usas una kurta”, dijo un amigo indio en Nueva Delhi.

Esto resultó ser cierto en el fuerte Kumbhalgarh, cuando una amistosa pareja india con la que compartí un auto durante el día decidió comprarme un boleto de entrada, con precio de cinco rupias, exclusivo para los ciudadanos indios.

Cuando el portero preguntó si era extranjera, la pareja contestó: “Es de Nagaland. Nagaland es parte de India, ¿no?”

Dejando a un lado las bromas, ¿los extranjeros son tratados con más respeto y cortesía? Si lo llevamos más allá, ¿tratarían diferente a una mujer sueca que a una mujer china? Si tengo una apariencia étnica ambigua, entre local y extranjera, pero normalmente me reciben bien, ¿qué significa? ¿Ser una mujer sola puede ser beneficiosa cuando viajas? ¿Doy una impresión más amable y accesible?

“La gente quiere protegerte”, fue la teoría de una joven periodista que vive en Nueva Delhi.

De lo que estoy segura es de que me sentí profundamente conmovida por la amabilidad y la gentileza con la que fui tratada.

La única excepción fue cuando lidié con los conductores de los taxis: muchos de ellos asumen una actitud agresiva y mercenaria ante los turistas. Sin embargo, puedes manejar la situación con confianza si investigas con anticipación el costo normal de una ruta y si tienes presente que puedes buscar otro conductor.

Algunas personas podrían creer que soy ingenua respecto a la realidad de India o podrían atribuir mi experiencia realmente positiva al privilegio de ser extranjera.

Otras viajeras solas que encontré —procedentes de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Australia— me dijeron que generalmente se sentían seguras en India, fuera de que a veces las miraban de una forma que las hacía sentir incómodas.

Aunque la violación grupal que ocurrió en Nueva Delhi fue en verdad aterradora, no sentí la necesidad de estar más alerta o más atenta.

Mis anfitriones ni siquiera se mostraron preocupados por mi seguridad como una mujer que viaja sola. A decir verdad, me pareció gracioso que estuvieran mucho más preocupados por mi soltería: para los estándares indios, ya soy una solterona. En una pensión me dieron los avisos matrimoniales de ocasión para que buscara un esposo vegetariano.

Los incrédulos en casa
Mi intención no es adornar ninguno de los retos a los que se enfrenta el país. A menudo es sucio, polvoso, ruidosa y hacinada. Pero también hay una increíble belleza y humanidad en lo que parece un caos interminable.

A mi regreso a Hong Kong estaba preocupada por lo dispuesta que estaba la gente a satanizar al país y lo renuentes que se mostraban a creer algo bueno sobre éste.

Mi experiencia, segura y acogedora, fue recibida con un profundo escepticismo y racionalizaciones apresuradas: “Simplemente tuviste suerte”.

Si hubiera dicho que me acosaron hasta el cansancio, probablemente habrían aceptado mi experiencia sin reservas.

He vivido en el extranjero por una década, la mitad del tiempo en Occidente y la otra mitad en la China continental, y he viajado sola a casi una docena de países durante este tiempo. Creo que viajar al máximo significa mantener tu mente y tu corazón abiertos, libres de sospechas y estereotipos.

“Alguien que busca las cosas buenas, como tú, siempre las encuentra”, me dijo un guía en Agra. India es una tierra rica si te permites verlo.

Fue fácil dejarse seducir por los monumentos indoislámicos del norte, las exuberantes colinas grabadas con filas de arbustos de té en el sur, el llamado rítmico de los vendedores de bocadillos en los trenes, el ambiguo cabeceo que inconscientemente empecé a imitar, los lánguidos lamentos del qawaalo, los hermosos saris que usan incluso las mujeres encargadas de la limpieza y la profundidad de la devoción religiosa.

Sin embargo, lo que más me conmovió y diferencia a India de las docenas de países que he visitado es la gente extraordinaria, amistosa, servicial y cortés que conocí, hombres y mujeres por igual.

NOTA DEL EDITOR: Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Alexis Lai. Es una periodista de CNN.com en Hong Kong. Nómade de corazón, ha vivido en siete países y siempre está en busca de aventuras.

jueves, 17 de enero de 2013

Festival hindú MAHA KUMBH MELA



En el marco del hinduismo, la o el kumbhamela o kumbh mela es un peregrinaje que se realiza cuatro veces cada doce años, y tiene lugar, por turno, en los siguientes lugares santos:
-Prayag, el nombre hindú de Allahabad (en Uttar Pradesh),
-Hardwar (en Uttaranchal),
-Ujjain (en Madhya Pradesh) y
-Nasik (en Maharashtra).

Cada ciclo de doce años incluye un majā kumbhamela (o ‘gran reunión del pote’) en Praiag, en las riberas del Ganges, en la que participan varios millones de personas, lo que hace que probablemente sea el mayor peregrinaje que se celebra en el mundo. Las estimaciones consideran que en las tres semanas del último majá kumbhamela (celebrado en 2001), se dieron cita 70 millones de personas.


Orígenes históricos
Las raíces históricas del kumbhamela se encuentran probablemente en las ceremonias propiciatorias organizadas en las épocas de siembra, en el curso de las cuales en las aguas de los ríos sagrados se ponen en remojo recipientes con granos para germinar. También se la ha considerado como un ritual de fertilidad donde el cántaro simboliza, por su forma, no sólo a la Diosa Madre sino también al útero, la matriz del mundo. En general, el pote se asocia naturalmente al agua, y en particular a los ríos, que han desempeñado un importante papel en el mundo indio desde por lo menos la civilización del valle del Indo, como parece indicar el tanque de agua de Mohenjo-daro.

Probablemente haya sido el peregrino chino Xuanzang quien hizo la primera mención histórica de la kumbhamela. En el siglo VII, el rey indio Harsha lo invitó a visitar Praiag. Sin embargo, algunos historiadores disienten con esta interpretación: no se sabe si el peregrino asistió a una reunión de santones. En cambio, sí hay acuerdo en aceptar que el reformador hindú Shankar Acharya fue el promotor de esta reunión de hombres santos durante las kumbhamela para infundir un renacimiento del hinduismo, que desde hacía varios siglos se había resentido de la pujanza del budismo y del jainismo.

 

La Leyenda Original:
La observancia del kumbhamela se basa en el mito hindú del batido del océano de leche. En tiempos pretéritos, los devas (dioses) y los asuras (demonios) hicieron una alianza provisional para trabajar juntos en la elaboración del amrita, el néctar de la inmortalidad, a partir del Kshīra Sagara, el océano primigenio de leche, y compartir luego este amrita. Sin embargo, cuando apareció el dios Dhanu Antari con el kumbhá (el pote que contenía el amrita), los demonios se lo arrebataron y huyeron lejos, perseguidos por los dioses. Durante doce días y doce noches divinas (el equivalente a doce años humanos), los dioses y los demonios combatieron en el cielo por la posesión del cántaro de amrita. Durante la batalla, algunas gotas de amrita cayeron en cuatro lugares: Praiag, Hardwar, Ujjain y Nasik, motivo por el cual estas ciudades son sagradas y lugares de celebración del kumbhamela.

Las prácticas de la Kumbhamela
Las poblaciones que acogen las Kumbhamela son el escenario, al inicio de la manifestación, de desfiles ceremoniales que marcan la llegada oficial de los santos hombres, montados en una gran variedad de medios de transporte: elefantes, caballos, camellos, coches, palanquines y carros, a veces tirados por hombres en muestra de su devoción. Generalmente los sadhus Naga Baba (los guerreros de Shivá) son los primeros en desfilar bajo una lluvia de pétalos, y cada credo intenta superar a los demás con el esplendor de su comitiva.

El acontecimiento más importante de la Kumbhamela es la inmersión en el río en el momento en que sus aguas se transforman en amrita. Los hindúes creen que sumergirse completamente en el agua en este momento limpiará de todos sus pecados a ellos y a sus ascendentes en 88 generaciones. Las fechas más propicias, determinadas por cálculos astrológicos, son los llamados días de shahi shan. En estos días, los akhara (o grandes asambleas de sadhus) conducen una comitiva real (shahi) que alcanza su apogeo con el baño (snāna) en el Ganges. Los Naga Baba son los primeros en sumergirse, desnudos y por parejas, ataviados a veces solamente con un mālā (rosario de cuentas). Cuando acaban sus abluciones, los sadhus cubren sus cuerpos con ceniza. Después de bañarse las diferentes credos de sadhus, quizá con algunas escaramuzas por querer tener preferencia, los peregrinos ordinarios, que han esperado pacientemente hasta este momento, pueden acceder al agua.

Excepto la inmersión en el río, el peregrinaje a la Kumbhamela permite a los creyentes hindúes recibir la bendición de los sadhus, santos y otros yoguis, y hacer el darshan, la contemplación ritual que transmite la energía espiritual. Los devotos recorren así los campamentos donde se alojan los sadhus, recibiendo bendiciones y dándoles a cambio sus ofrendas.

El Kumbhamela es obviamente un periodo particularmente propicio para ceremonias religiosas, como por ejemplo la iniciación de miles de sadhus novicios que se estrenan así en su vida de ascetas. Para los sadhus confirmados es además la ocasión de ascender en su orden o de hacer el voto de seguir una nueva vía ascética.



Los próximos Kumbhamela
2007: Praiag (Allahabad)
2010: Haridwar
2013: Praiag
2015: Nasik
2016: Ujjain


martes, 15 de enero de 2013

Cometas en el cielo de Benarés

Desde hace meses pasear por las calles de Benarés es como participar en una carrera de obstáculos: Una de las razones son los hilos de cometas que, a cada paso, se enredan en los pies. Los niños y niñas de la ciudad han estado practicando para el Makar Sankranti, el festival que cada 14 de enero celebra el final de la época de cosecha y que cubre el cielo con cometas. Suele coincidir, además, con la subida de las temperaturas en el norte del país, que este año en India han alcanzado cifras mínimas históricas
 
 

También es el comienzo de la primavera y para el Hinduismo uno de los días más especiales y mágicos para tomar un baño. De hecho, según las fuentes oficiales, se esperaba que más de 2 millones de devotos se acercasen hasta las aguas del rio Ganges en Benarés para celebrar este festival. Además, este año coincide con el comienzo de la Maha Kumbh Mela, la congregación religiosa más grande del mundo que se celebra cada 12 años en Allahabad (Uttar Pradesh), por donde también confluye el río sagrado.

Mientras que la diversión para los mayores reside en visitar familiares, comer dulces de sésamo, coco y almendras (til ladoos en inglés) y realizar ofrendas en los templos, para los más pequeños lo importante son las cometas, un ritual que comparten con amigos, vecinos y compañeros de colegio. En las escalinatas que dan al río Ganges o en casi cada terraza hay un niño con una. Hay tal competición que muchos insertan trocitos de cristal en el hilo para romper los de las cometas rivales. ¿El premio? Acumular más cometas. El viento, los edificios desiguales y la poca destreza de algunos son los aliados perfectos para que tu juguete acabe en la terraza del vecino.

“¿Para qué quieren tantas?”, pregunto a uno de los lugareños que volaba su cometa desde un balcón al Ganges al ver pasar a los niños con montones de cometas bajo el brazo. “Los más pequeños vuelven mañana a seguir practicando para el año que viene”. Sin duda, en Makar Sankranti el único territorio amable para las cometas es el cielo.
FUENTE: EL PAIS