miércoles, 22 de mayo de 2013

El cine en India es mucho más que Bollywood

La actriz y directora NANDITA DAS es una activa defensora de los derechos de la mujer:
Nandita Das / foto de Carles Ribas
 “Cualquier cosa me está bien”. Le insisto. Y pide un zumo de naranja. La imito. Total, 20 euros... Seguramente lo que mejor le entra en el estómago tras la pantagruélica cena del día anterior. Ella es la directora y actriz india Nandita Das, una de las 12 comensales que vivió en Barcelona El Somni, una ópera-banquete organizada por los hermanos Roca y producida por Mediapro. “No sabía de qué iba. Cuando te dicen que solo tienes que comer, solo te puedes sorprender. Fue una experiencia. Lo gracioso era que todos nos preguntamos por qué nosotros teníamos el privilegio de estar entre los 12 elegidos”.

A Nandita Das se la ve esta mañana mucho más relajada. Su hijo de dos años duerme en la sillita del vestíbulo de un hotel de Barcelona. En la sala contigua, esta india de 43 años, que reside actualmente en Bombay, explica que mucho antes de ser actriz y directora ya era activista y que siempre ha luchado por los derechos humanos. La actriz india ha actuado en más de 30 largometrajes entre los que destacan Fuego, Tierra o Bawandar, por el que ganó el premio a la mejor actriz en el Santa Monica Film Festival. Debutó como directora con Firaaq. Ahora prepara nueva película de la que solo tiene la semilla. “No puedo contar más”. Está cargada de proyectos, incluso una colaboración indio-catalana, Rastros de sándalo, dirigida por Maria Ripoll.

Pero no es Bollywood ni lo quiere ser. “El cine en India no solo es Bollywood, es mucho más. Tenemos otra industria. Lo mío es el cine independiente. Cuento mis propias historias, que no siempre tienen éxito y que, pese a los premios, a veces tienen problemas para sobrevivir. La suerte es que las películas hoy en día tienen una vida mucho más larga gracias a cosas como el DVD y el YouTube”.

El cine le interesa mucho, pero los ojos se le iluminan y sus manos se mueven rápidamente cuando habla de su trabajo en diferentes ONG, de su columna en una revista india, de sus viajes... “Trabajo, sobre todo, contra la violencia y la discriminación. Y, sobre todo, en aquellas situaciones que afectan a mujeres y niños”.

Hija de un pintor y una escritora, Nandita Das creció en libertad: “Podía argumentar cualquier cosa, también discutir. Algunos me cuestionan el hecho de que defienda los derechos de las mujeres siendo yo una privilegiada en ese ámbito. Lo soy, pero si tienes la voz y el espacio para hacerlo, tienes que seguir defendiéndolo”.

Habla sobre la tragedia de Bangladesh, ocurrida a finales de abril. El trágico derrumbe de un complejo textil en el que se producía ropa para marcas internacionales ha causado más de mil muertos. “Estamos interconectados, somos interdependientes. Lo que ocurre en un lugar del mundo afecta al otro. Debemos convertirnos en un mundo más compasivo. Si no sientes el fuego, ¿cómo puedes entenderlo? El consumidor que compra una camiseta de tres euros en Europa no es consciente de toda la cadena. Estamos perdiendo perspectiva”.

Nandita Das insiste en que ponerse en la piel del más débil es la única forma que tiene de mantener la cabeza sobre los hombros. “Hasta que no ves al otro no puedes sentir compasión”.
FUENTE: EL PAIS

lunes, 13 de mayo de 2013

La India de Vicente Ferrer


La actriz Emma Ozores recuerda un viaje en el que conoció al ya fallecido filántropo

India, Concha Cuetos y Vicente Ferrer. Esos fueron los ingredientes del mejor viaje que ha realizado Emma Ozores. Aunque su periplo tuvo lugar hace tiempo, la actriz, que estrenó esta semana en Madrid Cambalache (teatro Arlequín), lo sigue considerando una “experiencia brutal”.

¿Ya conocía India?
Nunca había estado. En esa época, hace ahora casi veinte años, se comenzaba a hablar del trabajo que Vicente Ferrer llevaba tiempo realizando allí. Se lo comenté a Concha Cuetos. Un tiempo después, me llamó por teléfono y me dijo: “Vamos a ir allí”. Yo, escéptica, le dije: “Claro, claro”. Pero vaya si fuimos.

¿Qué visitaron?
Pasamos la mayor parte del tiempo en Anantapur, la zona donde Ferrer desarrolló con la fundación su trabajo. Está en la región de Andhra Pradesh, al sur del país. Nos pasamos diez días recorriendo pueblos y visitando hospitales. Y cenábamos en su casa.




¿Con qué les agasajaba?
Era un hombre humilde y repudiaba los excesos. Su casa era muy sencilla y comíamos platos típicos, evitando el picante y usando las manos y los dedos; como es tradición. Lo mejor de la cena eran sus anécdotas e historias.

¿Vivieron alguna?
En uno de los pueblos en los que trabajaba, la gente quería una escuela. Vicente Ferrer les animó a trabajar para conseguirla, y no solo pedirla. Hicieron una colecta y, mientras estábamos allí, el pueblo realizó la entrega del dinero recaudado para comenzar las obras. Nosotras asistimos a la ceremonia en hindi. La lengua tiene una cadencia muy particular que sonaba como poesía.

¿Cuánto lloraron?
Muchísimo. Cada lugar que visitábamos era más emotivo que el anterior.

¿Qué aprendió?
A dejar petrificada a una araña enorme con un bote de laca. Estábamos en la habitación de Concha cuando apareció el animal, del tamaño de una mano. Nos quedamos heladas y Concha cogió lo primero que tenía a mano: el bote de laca. La dejó tiesa.

¿Y en la esfera filosófica?
A nivel personal, reflexioné mucho sobre el valor de las cosas y de las acciones. Cuando estás inmersa en la sociedad de consumo, das demasiada importancia a lo material. La gente en esta zona de India mostraba una gran riqueza interior y una sonrisa permanente. Vicente Ferrer tuvo mucho que ver con ello. Al estar con él, no podías evitar preguntarte si era posible que ese señor existiera. Y sí, él era de verdad así.

FUENTE: EL PAIS